Evangelio del día 11 de Abril de 2025.

Juan 10, 31-42
En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Él les replicó: «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?».
Los judíos le contestaron: «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó: «¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: sois dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían: «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad».
Y muchos creyeron en él allí.
Hoy nos fijamos en la frase:
“Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre”
Jesús sigue siendo rechazado por los judíos. El acoso cada vez es mayor y tratan de apedrearlo. Y lo hacen porque no comprenden que diga que es Dios, y por eso le llaman blasfemo.
No comprenden sus palabras, porque no entienden que las obras que realiza las hace como enviado del Padre.
Jesús rebate su dureza de corazón y recurre a las escrituras: Salmo 82 “Yo dije: Vosotros sois dioses”; en el que se refiere a los magistrados y los que tienen autoridad para juzgar y gobernar, para que obraran el bien.
Pero seguían sin comprender, o también puede que no quisieran entenderle porque eso les obligaba a cambiar su visión de la vida, la visión limitada de Dios y la comodidad de sentirse justificados como cumplidores de la ley. No estaban dispuestos a abrir el corazón e intentar creer por las obras buenas que hacía Jesús.
¿Cómo vemos y entendemos nosotros a Dios?
¿Tenemos nosotros el corazón dispuesto a creer?
¿Nos resulta duro pensar que Dios se hizo uno de nosotros?
Jesús, hoy tenemos que pedirte que fortalezcas nuestra fe, que tu Palabra y tus Obras penetren en nuestro corazón y comprendamos que eres verdadero Dios y hombre.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
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