7 de Abril de 2025. Una frase del Evangelio de cada día. “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida”.

Evangelio del día 7 de Abril de 2025.

Juan 8, 12-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida”.

Los fariseos le dijeron a Jesús: “Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido”. Jesús les respondió: “Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan por las apariencias. Yo no juzgo a nadie; pero si alguna vez juzgo, mi juicio es válido, porque yo no estoy solo: el Padre, que me ha enviado, está conmigo. Y en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo doy testimonio de mí mismo y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio sobre mí”.

Entonces le preguntaron: “¿Dónde está tu Padre?” Jesús les contestó: “Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre”.

Estas palabras las pronunció junto al cepo de las limosnas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

Hoy nos fijamos en la frase:

Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida”.

En el evangelio de hoy podemos ver y tener en cuenta cuatro cuestiones, la luz, la oscuridad, la fortaleza y la seguridad.

La luz: Jesús, asegura que es la luz del mundo. Sus testimonios son válidos, porque sabe de dónde vienen, sabe que actúa en nombre del Padre que le ha enviado. Viene a iluminar la vida de quien le sigue. Jesús ilumina la vida y teniendo luz se puede ver tanto lo bueno como lo malo.

La oscuridad: es la que no nos deja ver, pero tampoco deja que vean los demás. Vivir en la oscuridad, es estar en sombra en penumbra, así no se puede transmitir  y ver lo bueno y nos predispone a quedarnos en lo cómodo. Por eso muchas veces preferimos quedarnos en la sombra, porque la luz puede incomodarnos, puede obligarnos a confrontar lo que está mal y lo que está bien.

La fortaleza: aquí Jesús juega fuerte frente a los fariseos, se reafirma ante ellos. Afirma que su testimonio es válido, que sabe de dónde viene, y si juzga su juicio es válido, porque no está solo, está con el Padre que le ha enviado.

La seguridad: Jesús además de afirmar con fuerza su manera de actuar y sus enseñanzas, lo hace con la seguridad de conocer de dónde viene y a dónde va. Los fariseos le prueban de nuevo ¿Dónde está tu Padre? La respuesta de Jesús es clara, como no le conocen a Él, tampoco pueden conocer a su Padre. La dureza de corazón, la cerrazón en sus costumbres y en sus leyes, les hacen vivir en la ceguera de no reconocerle como el Mesías, a pesar de los testimonios, la fortaleza y la seguridad de las palabras del Maestro.

Señor, ayúdanos a ver tu Luz en tus testimonios, en tu Palabra. Danos seguridad y fortaleza para seguirte e iluminar con nuestro testimonio de vida  a los demás. No nos dejes caer en la oscuridad y la ceguera del materialismo de este mundo.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.

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