Evangelio del día 7 de Abril de 2025.

Juan 8, 21-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían: «¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó: «Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Hoy nos fijamos en la frase:
“¿Quién eres tú?”
De nuevo Jesús se enfrenta a los fariseos.
Está anunciando su Pasión, les está diciendo quien es “Yo soy”. Este anuncio ya lo habían oído cuando Dios le dice a Moisés “Yo soy el que Soy” y así se lo dirás a los israelitas “Yo soy”.
Les dice que donde Él va ellos no pueden ir, que le buscaran, que será levantado en lo alto –en la Cruz-; de nuevo les vuelve a insistir que Él todo lo hace en el nombre y por cuenta del Padre; que todo lo hace para agradar al Padre.
Afirma que no es de este mundo, que los hombres somos de aquí abajo y Él es de allá arriba.
Ante la pregunta ¿Quién eres tú?: la afirmación de Jesús es: os lo estoy diciendo desde el principio, y siendo el que soy podría condenar muchas cosas, pero sólo he venido a traeros la verdad del que me ha enviado y a enseñar lo que he aprendido de él.
Pero los fariseos no entendían nada.
¿Entendemos nosotros a Jesús?
¿Después de la lectura de este evangelio, creemos más en Él, como les ocurrió a muchos cundo les hablaba de estas cosas?
Meditando sobre lo alto y lo bajo de este evangelio, podemos sacar algunas conclusiones: Jesús esta en lo alto. Si, en lo alto de la Cruz para nuestra salvación; también va a lo alto del monte para orar, para acercarse al Padre y vuelve al cielo Resucitado y en Gloria junto a su Padre; nosotros estamos en lo bajo, en el mundo, con nuestras debilidades, nuestras miserias y a veces hundidos en el pecado.
La suerte que tenemos es que Jesús murió por nosotros para levantarnos, para volvernos a elevar a lo más alto como hijos de Dios. Murió por amor a nosotros y se quedó con nosotros en la Eucaristía. Nos dejó una gran lección, “no hay amor más grande que dar la vida por los hermanos”.
Jesús, mira nuestra fragilidad desde la Cruz, desde esa Cruz que te tanto sufrimiento te han causado nuestros pecados. Míranos a los que aquí abajo queremos seguirte. Ayúdanos en nuestro intento de superarnos, en nuestras aspiraciones y proyectos.
Adorado sea el Santísimo Sacramento.
Sea por siempre Bendito y Alabado. FVR.
Deja una respuesta