Evangelio del día 6 de Marzo de 2025.

Lucas 9, 22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Hoy nos fijamos en las frases:

            “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga.”

En este evangelio tan breve Jesús nos deja varias enseñanzas.

En primer lugar es duro comprender el anuncio de su pasión, lo fue para los discípulos que esperaban un salvador, un liberador de Israel, pero esperaban que el Mesías fuera un líder que les liberara de los enemigos.

Precisamente la forma de actuar de Jesús era totalmente contraria, les mostró que el camino del Reino, es el servicio, la entrega, la misericordia y el perdón. Por sus enseñanzas y su forma de vivir fue crucificado. Pero también anuncio la Resurrección al tercer día.

Lo segundo que nos enseña, es que seguirle no es solamente creer en Él, sino vivir como Él. Tomar la Cruz cada día, no es ir con una cruz por el mundo, por la calle anunciándolo, es aceptar lo que nos toca vivir cada día pero poniéndonos en sus manos, sabiendo aceptar las alegrías, los sufrimientos, las debilidades y los problemas a los que nos tenemos que enfrentar. Es además practicar la misericordia, el perdón, el amor y la caridad con los hermanos. Nuestra vida tiene sentido si nos negamos a nosotros mismos y la unimos a la Cruz.

Lo tercero es que nos da libertad para seguirle. Nos dice que dar la vida por el Reino, por los hermanos es ganar la vida. No nos obliga, podemos seguir con nuestro ego, con nuestras comodidades, o incluso ganar todas las cosas que nos puedan apetecer del mundo; en este sentido también lo deja claro, todo esto no servirá para salvarnos. ¿Y entonces de que nos servirá?

Si queremos seguirle tenemos que dejar a un lado nuestros problemas y necesidades. La Cruz de Jesús, hoy para nosotros es la conversión, el amor, la hermandad, la ayuda a los demás y la caridad con el prójimo; eso es lo que Él anunciaba y vivía.

Señor ayúdanos a comprender  tu Cruz, para que podamos aceptar la nuestra, haznos ver que después de la Cruz está Tú Resurrección y la nuestra; aumenta nuestra fe, para que no faltemos al compromiso de anunciarte.

Adorado sea el Santísimo Sacramento.

Sea por siempre Bendito y Alabado.                                               FVR.